Panorama

Acoger y potenciar emigrantes: el caso Braval

Josep Masabeu, fundador del Braval, un centro creado para apoyar a niños y jóvenes del Raval barcelonés hace 25 años a través de voluntarios, ha sido entrevistado por el periodista Luis Amiget en la sección La Contra de La Vanguardia del 11 de julio.

Su resumen del Braval es este: “En Braval damos a los chavales fútbol, ​​baloncesto, clases de repaso y cariño. En las 25 años de Braval han pasado 1.600 niños, de los que hoy 580 trabajan, 17 han hecho carrera universitaria. Añade que actualmente hay 10 en la universidad.” Realiza también un diagnóstico: “Los chavales inmigrantes tienen más fe y ambición que los de aquí.”

Los orígenes remotos del Braval se encuentran en 1998 cuando un grupo de voluntarios organizó un equipo de fútbol entre jóvenes del barrio del Raval de Barcelona, ​​mayoritariamente inmigrantes. Progresivamente se desarrollaron otras actividades deportivas y de apoyo socioeducativo. Desde el primer momento se contó con la colaboración económica de la Fundación Raval Solidari, y el decidido apoyo del Consejo del Deporte Escolar de Barcelona. El curso 2000/2001 se amplió la oferta de actividades al disponer de un local provisional en el barrio. En julio de 2003 se ocupó el actual local de Braval.

La historia de Marco, como ejemplo

Respondiendo a preguntas del periodista, Masabeu cuenta la historia de Marc Andréi Gaba, un niño filipino que llegó al Raval a los 8 años.

El sueño de Marc era venir a Braval y jugar al fútbol con los amigos de la escuela. Gaba era bueno con la pelota, pero era mejor estudiante. Marc nos explicó que su madre vino como trabajadora del hogar a Barcelona y su padre y él se quedaron llorando sentados en una acera, viendo marchar el avión. Luego se pudieron reagrupar a toda la familia.

Marc se fue  integrando en la ciudad y cuando terminó bachillerato estudió empresariales (ADE) con buenas notas y ahora viene a hacer de entrenador voluntario en Braval con chicos como él cuando llegó.

Masabeu, explica su experiencia personal: “Tengo 71 años, me siento joven y rico, porque en los voluntarios ganas más de lo que das.”