Analizando el informe del Instituto de Política Familiar (IPF) “Evolución de la Familia en España 2023. Indicadores Sociales, llama la atención el vertiginoso descenso de los matrimonios.
Matrimonios en cifras
Se ha pasado de más de 271.000 matrimonios en 1975 a ser apenas 179.000 en 2022. Descenso que hubiera sido mayor (apenas 146.038 matrimonios) si no fuera por la inyección de matrimonios internacionales (33.069 en 2022). Esto significa que se han perdido 1 de cada 3 matrimonios (casi 100.000 matrimonios) anuales desde 1975, con una reducción del 33%.
Ocurre, además, que los que contraen matrimonio lo hacen cada vez más tarde, a los 38 años de media. Tan sólo el 11% de los hombres y el 19% de las mujeres se casan antes de los 30 años. España es el país de Europa donde más tarde se casan las parejas.
Mientras en 1975 se realizaban 745 matrimonios diarios, en la actualidad son apenas 491 matrimonios diarios, y a pesar del aumento de la población en más de 12 millones de personas en este periodo. Se realizan 491 matrimonios de los que 91 matrimonios son internacionales y 378 matrimonios son civiles.
En cambio, el número de parejas de hecho se ha triplicado en los últimos 20 años, pasando de 563.785 en 2001 a 1.777.270 en 2021, lo que supone un incremento de más de 1,2 millón de parejas de hecho en este periodo. El informe no indica cuantos pasan de vivir en pareja a contraer matrimonio, pero es presumible que sea un alto porcentaje.
Si nos fijamos en el tipo de matrimonio, se nota un claro descenso de los matrimonios religiosos, mientras que los matrimonios civiles han tenido un crecimiento espectacular, pasando de 52.000 matrimonios en el 2000 a más de 138.000 matrimonios en 2022. En los momentos actuales solo 1 de cada 5 matrimonios solo contrae matrimonio religioso.
Mientras que la familia construida sobre el matrimonio ha sido considerada como el lugar más idóneo para acoger nuevas vidas, el Informe citado señala que más de 165.000 niños nacieron en España fuera del matrimonio durante 2022. Esto equivale a que algo más del 50% de hijos nacen fuera del matrimonio, lo cual supera ampliamente la media de la Unión Europea en natalidad extramatrimonial que alcanza un 42%.
Rupturas matrimoniales
Hay un creciente número de rupturas matrimoniales en nuestro país. En 2022 se produjeron 84.551 rupturas, de las cuales 81.302 son divorcios (96,2%), 3.210 separaciones (3,8%) y 39 nulidades (0,1%).
Las rupturas acumuladas desde 1981 han superado los 3,6 millones de rupturas acumuladas desde 1981, donde la mayoría han sido divorcios (2,46 millones). Los divorcios han variado de 50.000 en el 2004 a más de 81.000 en 2022, lo cual significa un aumento los divorcios en España del 38,7% en los últimos 18 años. Se calcula que España, sobre unos 48 millones de habitantes hay casi 3 millones de personas divorciadas o separadas.
Los divorcios son hoy la práctica totalidad de las rupturas -más del 96% – mientras que las separaciones y nulidades son ya residuales (menos del 4%). Esto significa que de cada 25 rupturas familiares, 24 son divorcios.
El matrimonio canónico incluye el compromiso de fidelidad en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, en la juventud y en la vejez, hasta la muerte. No así el civil. La realidad es que las rupturas son un elevado porcentaje. En 2022 hubo 179.000 y 84.551 rupturas. Aunque, obviamente, las rupturas no son necesariamente del mismo año, las cifras anteriores dan una idea de magnitud.
Otro dato preocupante es el periodo de matrimonio antes del divorcio. Un 14% de los divorcios se producen antes de cinco después de contraer matrimonio (1 de cada 7) y un 30% de divorcios tiene lugar en matrimonios con menos de 10 años (1 de cada 3)
Hijos de divorciados
Un tema importante es la consideración de los hijos de parejas divorciadas. Los datos muestran que 5 de cada 9 parejas que se divorcian tienen hijos. Tan solo en los últimos 10 años más de 900.000 hijos dependientes se han visto afectados por el divorcio de sus padres. Además, hay un elevado número de hijos mayores de edad afectados.
Los hijos más afectados por la ruptura de sus padres son los menores: 216 en 2002, aunque también hay un número importante de mayores dependientes (17.504). Cada día, 214 hijos menores o dependientes perdieron la estabilidad del matrimonio de sus padres.
Sería interesante estudiar las familiar «restructuradas» con hijos de matrimonio y parejas anteriores, los problemas educativos y de convivencia que se producen.
Necesidad urgente de cambio
La conclusión de todo lo anterior es que nuestro país se ve cada vez más privado del matrimonio como base de la vida social, con todos los problemas que esto supone para la estabilidad social y para la educación de los hijos. Según Martínez-Aedo, presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), «el matrimonio no solo no está siendo promocionado, sino que, en muchos casos, es atacado tanto a nivel sociopolítico, como legislativo e, incluso, a nivel cultural, amén de no contar con ayudas y medidas necesarias. Todo ello provoca la inestabilidad del matrimonio como forma de vida, provocando que muchas personas sufrirán la ruptura de sus matrimonios.»
Las causa de este deterioro son complejas, pero pueden estar relacionadas la falta de apoyo social de la familia y, no sólo esto, con frecuencia asistimos a acciones políticas y legislaciones que pueden calificarse como de anti-matrimonio y anti-familia.
Hay también un ambiente cultural con ideologías contrarias a la familia sentada en el matrimonio de varón y mujer, estable y bien constituido.
A pesar de la tradición familiar que poseemos, hoy nos apartamos incluso de otros países europeos más sensibles con la familia. Da la impresión de que el deterioro de la familia se desarrolla de forma mucho más acelerada y agresiva que en los países de nuestro entorno. En concreto. las ayudas económicas por nacimiento y crianza de los hijos es muy limitada o incluso inexistente.
Un reto para trabajar duro y revertir la situación en los próximos años.
Una reflexión del Papa Francisco
Esta erosión del matrimonio es bien conocida para el actual Romano Pontífice, que lo ve como un gran peligro y salvarlo como una misión crucial. En una audiencia reciente afirmaba:
«salvaguardar el matrimonio significa, de hecho, salvar a la familia entera, significa salvar todas las relaciones que se generan en el matrimonio: el amor entre los cónyuges, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos; significa salvar el testimonio de un amor que es posible y es para siempre, y en el cual a los jóvenes les cuesta creer. Los niños, en efecto, necesitan recibir de sus padres la certeza de que Dios los ha creado por amor, y de que un día también ellos podrán amar y sentirse amados como lo han hecho mamá y papá. Tengan la certeza de que la semilla del amor depositada por sus padres en los corazones de los hijos, brotará tarde o temprano».