Reseña

La Virgen María (libro)

J. M. IBÁÑEZ LANGLOIS, La Virgen María. Un bosquejo de su vida, Rialp, Madrid 2022, 248 pp.

José Miguel Ibáñez Langlois (1936) es un sacerdote chileno, literato, poeta y teólogo. No sé en qué orden habría que escribir estos títulos, pues en todas estas facetas ha destacado. Es experto en Doctrina Social de la Iglesia y ha sido miembro de la Comisión Teológica Internacional. Cuanta en su haber veinte libros de ensayo en distintas materias y doce libros de poesía entre los que destaca una historia de la filosofía en verso, así como un libro de la Pasión que muchos —yo entre ellos— volvemos a releer cuando llega la Semana Santa.

En este precioso libro que recensionamos, sobre la Virgen María, se ve que, aunque pasen los años, el autor no solo no ha perdido lucidez, sino que ha ganado en una inteligencia de las Escrituras realmente excepcional.

Como advierte el propio autor, este libro “no es una obra de erudición histórica ni de exégesis bíblica ni de teología, aunque incluye elementos de esas disciplinas. Pero tampoco es una obra devocional, aunque incluye las previsibles dimensiones de afecto y piedad mariana. Es esta una obra narrativa de la vida de María. Sus varios elementos de doctrina y devoción y edificación están como fundidos en el relato mismo, que a su vez sigue de cerca los pasajes evangélicos. Pero, aunque este libro quisiera acercarse al máximo a ese ideal imposible, que es una ‘vida de María’, no lo hace como ciertas obras de ficción, noveladas en exceso por la fantasía de los autores. Muchos son los ensayos o las ficciones de esa naturaleza que se han escrito, pero no son muchas las narraciones de su vida que se circunscriben básicamente a los datos de la Escritura”.

En efecto, el autor va repasando los textos de la Escritura en los que aparece la Madre de Dios, desde la Anunciación de María hasta su Asunción a los cielos. Sin fantasía, pero con una exégesis contemplativa y amorosa de la criatura más incomparable que haya existido, después del propio hijo de sus entrañas, Jesucristo nuestro Señor.

Sin duda estas páginas ayudarán a contemplar. Siguen lo que se dice en los Evangelios de María: “Conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2, 16). Cuando uno medita el Evangelio tiene esta impresión: siempre dice algo nuevo. Cada vez que se lee un pasaje. No es mera repetición. La sobriedad de palabras del Evangelio admite esa lectura contemplativa. Algo parecido pasa en este libro —a otro nivel, pues no es palabra de Dios—. Dice cosas que uno no había pensado antes. Por ejemplo, en las bodas de Caná se detiene primero en el gran fallo de previsión del maestresala, y también en que no se dio cuenta de que comenzaba a faltar el vino. María sí. Además, “nótese que Jesús no había dado hasta entonces ningún signo de su capacidad de realizar prodigios; en caso de realizar alguno en esta ocasión habría sido el primero de sus milagros, como en efecto lo fue. (…). Pero grande era la fe de María, y todo lo fiaba al poder y la misericordia de su hijo. Le susurró entonces confiadamente al oído: ‘no tienen vino’ (Jn 2, 3). Aquello parecía la escueta información de un hecho; pero quizá los ojos suplicantes de la madre contenían una delicada petición, que Jesús captó en el acto”.

María y Jesús se entienden. “Dijo a los sirvientes: ‘haced lo que él os diga’”. No se pone en el caso de que Jesús no dé ninguna orden. Confía en él. Quizás también con algo de curiosidad, para ver como concluye la escena.

Un libro altamente recomendable. Lo aprovecharán más los que ya hayan comenzado ya una vida espiritual más intensa. Pero también quien no tenga especiales conocimientos de itinerarios espirituales lo leerá con agrado, pues es una literatura fácil de leer y amena.