En una conferencia reciente (1), el conocido pensador Francesc Torralba (2), director de la Cátedra Ethos de Ética Aplicada de la Universidad Ramon Llull, ha sugerido cinco claves, que son también retos, para entender y afrontar el mundo actual desde una óptica cristiana:
- La incertidumbre. En parte como herencia de la pandemia. Las personas en diferentes continentes experimentan una sensación de no saber a qué atenerse en áreas como el trabajo, las relaciones personales, las crisis ambientales y sociales. Ante esta incertidumbre se necesitan certidumbres antropológicas y éticas, que aborden preguntas esenciales sobre la existencia humana y proporcionen orientación.
- La disrupción tecnológica exponencial. Desde las comunicaciones en tiempo real a la inteligencia artificial, con innovaciones cada vez más sorprendentes. Torralba sugiere evitar tanto el «tecnooptimismo» como el «tecnopesimismo» y, en cambio, afrontar el cambio de modo crítico y analizando los efectos de la tecnología en la vida humana y espiritual.
- La interdependencia. Vivimos en un mundo globalizado y frágil, donde las fallas en un sector pueden desestabilizar múltiples áreas. Ante esta interdependencia, Torralba apela a buscar y fomentar mecanismos que eviten la indiferencia y promuevan la cohesión social.
- La volatilidad global. Se muestra en la descomposición de los valores tradicionales y las instituciones que los sostienen, transformándose en partículas casi invisibles. También la volatilidad requiere análisis crítico y adaptación a las nuevas realidades emergentes desde una base espiritual sólida.
- La complejidad del mundo actual. Se presenta con muchos factores concurrentes. Afrontarlo requiere de diálogo interdisciplinar, intergeneracional e intercultural para buscar soluciones, que no sean ni milagrosas ni populistas.
En opinión del ponente, no nos encontramos ante una época con algunos cambios, sino que estamos ante un cambio de época. Añadió: «Aristóteles distinguía entre el cambio accidental y el cambio sustantivo o sustancial. Yo creo que hablamos de un cambio sustantivo, lo que significa un antes y un después, una ruptura, un cambio donde todo está en proceso de transformación.» Apunto también que, ante esta situación, el gran riesgo es el populismo, que ofrece soluciones fáciles a problemas complejos. «Y eso es un insulto a la inteligencia, aunque funciona electoral y políticamente porque crea ilusión, crea confianza y luego frustración porque no se resuelven los problemas.»
Torralba concluyó invitando a observar con atención la realidad que se desmorona, pero más aun lo que está naciendo, apuntando a nuevos movimientos, espiritualidades, lenguajes y sensibilidades.
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(1) Tuvo lugar el pasado 20 de julio dentro de la «Primera Jornada de Formación de Agentes de Pastoral de Cultura, Educativa, Universitaria y del Deporte» organizada por la Dimensión de Cultura y Deporte de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
(2) Entre las obras del Dr. Francesc Torralba, cabe citar: «El sentit de la vida» (2008), «No passeu de llarg» (2010), «El valor de tenir valors» (2012), «Un mar d’emocions» (2013), «Córrer per pensar i sentir» (2015), «Saber dir no» (2016) o «Món volàtil» (2018). Ya durante la pandemia, Torralba publicó los libros «Humildad», «Paraules de consol. En la mort d’un ésser estimat», «Formar personas. La teología de la educación de Edith Stein», «Vivir en lo esencial. Ideas y preguntas después de la pandemia», «L’ètica algorítmica», que fue galardonada con el Premio Bones Lletres de Ensayo Humanístico que otorgan la Real Academia de Buenas Letras y la editorial Edicions62; «La façana de la Glòria de la Sagrada Família. Fonts espirituals i teològiques de l’escatologia d’Antoni Gaudí», fruto de su cuarta tesis doctoral, que leyó hace un año; «Cuando todo se desmorona. Meditar con Kierkegaard» (2023), y «Benaurances per a agnòstics» (2024).