Comentario de documentos

Comentario a la ‘Dilexit te’ (II): dos ideas remarcables

La Exhortación Dilexi te del Papa León XIV, ya introducida en este blog, continua aquí con una breve glosa de algunas ideas, a mi juicio, claves de este documento.

Amor preferencial, pero no exclusivo por los pobres

La Exhortación, orientada a promover una mayor preocupación y ayuda a los pobres. La voluntad del Papa se hace explícita al afirmar: “He decidido recordar esta bimilenaria historia de atención eclesial a los pobres y con los pobres para mostrar que ésta forma parte esencial del camino ininterrumpido de la Iglesia.” (DT 103).

El documento pontificio insiste en el amor preferencial por los pobres como parte de la tradición de la Iglesia y también por el bien que puede hacer tomar plena conciencia de ello. En sus propias palabras: “Estoy convencido de que la opción preferencial por los pobres genera una renovación extraordinaria tanto en la Iglesia como en la sociedad, cuando somos capaces de liberarnos de la autorreferencialidad y conseguimos escuchar su grito.” (DT 7)

Este amor preferencial por los pobres no significa, en modo alguno, exclusión de quienes no pueden considerarse como pobres. Lo aclara León XIV al señalar que “esta ‘preferencia’ no indica nunca un exclusivismo o una discriminación hacia otros grupos, que en Dios serían imposibles.” (DT 16)

Diversas formas de pobreza

A lo largo del documento se refiere, sobre todo, a la pobreza económico-social, asumiendo una definición de persona pobre propuesta en un documento de la Comunidad Europea: “se entiende por personas pobres los individuos, las familias y los grupos de personas cuyos recursos (materiales, culturales y sociales) son tan escasos que no tienen acceso a las condiciones de vida mínimas aceptables en el Estado miembro en que viven” (DT 13).

Ayudar a salir de la pobreza material es importante, pero sin olvidar que “la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual”. Por ello, “la opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria.” (DT 114).

Además, desde el principio el Romano Pontífice deja claro que “existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente y no tiene instrumentos para dar voz a su dignidad y a sus capacidades, la pobreza moral y espiritual, la pobreza cultural, la del que se encuentra en una condición de debilidad o fragilidad personal o social, la pobreza del que no tiene derechos, ni espacio, ni libertad.” (DT 9)

De hecho, el Papa se refiere explícitamente a diversas situaciones de pobreza distintas de la pobreza material, como atención a la vulnerabilidad derivada de la ancianidad (DT 59), cuidado de los enfermos y los que sufren (49), contribución a la educación (DT 68), acompañar a los migrantes (DT 73) y, en general, a la práctica de obras de misericordia ( DT 27). Respecto a esto último, el Papa recuerda que el Señor se identifica con los más pequeños (DT 26), significando necesitados: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, lo hicisteis conmigo» (Mt 25,40).