A. García-Ibáñez, Conversión y reconciliación. Tratado histórico-teológico sobre la penitencia post-bautismal, Eunsa, Pamplona 2024, 576 págs. (Original: Conversione e riconciliazione. Trattato storico-teologico sulla penitenza postbattesimale, EDUSC, Roma 2020)
El autor, que actualmente es profesor emerito del Instituto de Liturgia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, nos ofrece en este volumen el fruto de toda una vida docente dedicada al estudio del sacramento de la Penitencia. Tal vez lo primero que viene en mente al examinar el libro es completud: en una época en la que lo normal es el ensayo, la monografía, o los manuales en los que un autor se ciñe a los temas que considera más importantes, García-Ibáñez ofrece un auténtico tratado (el subtítulo no es casual) en el que la información excede con mucho lo que podría impartirse en un semestre académico. Como veremos, me parece que prácticamente cualquier cuestión relacionada con la Penitencia encuentra un lugar en estas páginas, en lo que se refiere al sacramento de la penitencia y su liturgia en la iglesia latina.
Nos encontramos, por tanto, frente a un trabajo monumental, que comparte características con L’Eucaristía, dono e mistero de 2008, del mismo autor; su experiencia docente se aprecia tanto en la estructura el volumen, de modo que la gran cantidad de información queda ordenada en un conjunto lógico y coherente, en el que se evitan las repeticiones innecesarias, como en la claridad de la exposición. Cada capítulo se cierra con una bibliografía que resulta, en sí misma, un tesoro por la cantidad de fuentes aportadas, que facilitan la profundización en los temas; además, muchos de ellos poseen una síntesis conclusiva que explicita lo más destacable y sirve como introducción al capítulo siguiente, facilitando al lector una compresión orgánica de los temas tratados.
El libro se divide en tres partes:
La primera contiene el recorrido histórico del sacramento de la penitencia. Nos encontramos frente a la parte más amplia del libro –unas 400 páginas–, subdividida a su vez en tres secciones. La primera recoge los testimonio de la Sagrada Escritura; la dos aborda el desarrollo histórico. En ésta se tata la doctrina de la penitencia en los Padres; sigue de la época medieval, con especial atencion a las reflexiones de Tomás de Aquino y Duns Escoto; dos capítulos se centran en la doctrina de la penitencia en la Reforma, y las enseñanzas del Concilio de Trento; por último, la seccion se cierra con capítulos dedicados a la edad moderna y contemporánea, en la que no faltan páginas dedicadas tanto a la crisis del sacramento, como al redescubrimiento de su carácter eclesial.
Podemos destacar de esta parte cómo el autor aprovecha la exposición histórica para poner de relieve los elementos fundamentales del sacramento de la penitencia y de su celebración, que se mantienen constantes a lo largo de la historia y cuyo origen cabe encontrar los tiempos apóstólicos y, en último término, en Cristo mismo. La exposición histórica también facilita mostrar una de las ideas centrales del Autor, que se encuentra en el mismo subtítulo del libro y que García-Ibáñez explicita en la introducción: «[El sacramento de la penitencia] Remite siempre a la primera y fundamental conversión y reconciliación bautismal, de la que representa una especie de “recuperación”: mediante la penitencia sacramental (paenitentia secunda ), el cristiano recobra, si la ha perdido, la vida divina recibida con la gracia del bautismo y su plena pertenencia a la Iglesia.
Esto, sin embargo, no significa que la penitencia deba entenderse como un reditus ad baptismum según la interpretación dada por Lutero, es decir, como un retorno a la inocencia bautismal mediante la sola fe en Cristo Redentor. Ciertamente, el sacramento de la penitencia conduce a un nuevo inicio, como el bautismo, pero comporta una modalidad del obrar divino y una modalidad de colaboración por parte del hombre —del cristiano— distintas de las propias del bautismo. En este sentido los Padres afirman que la penitencia es un laboriosus quidam baptismus, una especie de bautismo ‘laborioso’, porque da nuevamente el estado de gracia recibido en el bautismo, pero exige no solo la fe en Cristo Salvador, sino también ‘el lavado con las propias lágrimas’, es decir, con actos internos y externos de conversión y reparación personal».
La segunda parte contiene el tratamiento teológico-sistemático del sacramento y se divide a su vez en dos secciones. La primera expone los elementos fundamentales del sacramento, con capítulos dedicados a su estructura, la celebración litúrgica, el penitente y el ministro; la segunda explica la eficacia salvífica de la penitencia sacramental. A lo largo de estas páginas no faltan las referencias prácticas sobre la labor del confesor, mostrando, por ejemplo, el modo de tratar con penitentes poco preparados o la obligación que tiene el confesor de reparar por los pecados del penitente. Este tipo de consideración me han parecido de mucho interés, también porque permiten ver que algunas de las indicaciones del Papa Francisco que causaron cierta perplejidad en algunas personas hunden sus reíces en la práctica tradicional del sacramento.
La tercera parte, las más breve, contiene la doctrina y práxis de la Iglesia sobre las indulgencias: supone un acierto el modo en que el Autor las relaciona con el sacramento mismo, evitando así que puedan entenderse como una praxis arbitraria El libro se cierra con una bibliografía básica, diferente de la especializada que encontramos en cada capítulo.
En resumen, Conversión y reconciliación es una obra de referencia fundamental, en mi opinión la más importante escrita sobre este tema en muchos años: cuanto menos, no conozco una obra reciente similar en completud, rigor y ambición. Aunque podría pensarse –debido a la claridad de la exposición y lo bien estructurado de sus contenidos– que se dirige a estudiantes de teología o a un público en general, cualquier profesor de teología o sacerdote encontrará en este libro algo de su interes, sea o no un especialista en la materia. La cantidad de referencias y el modo sintético en el que el autor consigue recoger la información más relevante de cada problema, sin duda la convierten en una obra de gran valor a la hora de recordar o determinar los elementos fundamentales de cada cuestión, así como las diferentes soluciones teológicas y las enseñanzas del Magisterio. Sin duda, los años pasados –que se intuyen muchos– trabajando en este libro no han sido en balde.