Vicente Balaguer, Ver a Jesús con los ojos de Pedro. Lectura comentada del evangelio según san Marcos, Eunsa 2014.
Los evangelios son relatos sencillos que se leen con facilidad, sin embargo, para entenderlos bien suelen necesitar una explicación. Además, para que la lectura del evangelio sea un punto de partida que conduzca a la meditación y la contemplación, un buen comentario resulta siempre una guía adecuada. La finalidad del libro que reseñamos es precisamente ésta: orientar al lector para que pueda conocer a Jesús, a través del evangelio de Marcos y adentrarse, a través de la lectura, por caminos de contemplación.
El autor hace una lectura comentada del evangelio, pasaje a pasaje, mostrando el impacto que Jesús provocaba en los que eran testigos de sus acciones y de sus palabras, tal como queda reflejado en el texto. En otras palabras, adopta la perspectiva o punto de vista de los testigos para mostrar quién es Jesús, cómo actúa, cómo tratarlo. El título del libro refleja este enfoque ya que el segundo evangelio, según asegura la tradición, está escrito desde la perspectiva de un testigo de excepción, Pedro.
Precede al comentario del evangelio un estudio extenso en el que Balaguer desarrolla con detenimiento el modelo de análisis de texto que ha llevado a cabo. Dedica unas páginas especialmente interesantes a la noción de testigo y de punto de vista o perspectiva, que son claves para comprender el libro.
El esquema del comentario es fijo. Cada pasaje del evangelio se presenta con una referencia a los lugares paralelos de los otros evangelios, incluida entre paréntesis, y entre corchetes se anotan los textos del Antiguo Testamento que vienen citados en algún versículo del pasaje. De este modo se ayuda al lector a establecer conexiones y redes significativas, de forma que advierta la unidad de la Biblia: muchos libros que son un solo libro. A continuación, se sitúa el pasaje en su contexto espacio-temporal, geográfico, para que el lector tome conciencia de que lo narrado forma parte de una historia real, con unas coordenadas determinadas. En ocasiones, el autor inserta algún que otro mapa, croquis o dibujo para facilitar una mejor orientación en el espacio de modo que el lector pueda “moverse” dentro del texto con mayor soltura. Aunque, con relativa frecuencia, haya que “imaginar” el lugar exacto donde pudo acaecer un suceso, los indicios aportados ayudan a ubicarlo.
Una vez situado el texto en su contexto, se desarrolla el aspecto nuclear: el punto de vista que domina el relato. ¿Cuál es la perspectiva desde la que se narra el pasaje? El autor observa que, en ocasiones, el acontecimiento se narra desde Jesús, en otras, las más, desde Pedro. El autor va guiando al lector para que recree la situación, plantea interrogantes sobre el texto para que cada uno aprenda a sentirse interpelado y a hacerse preguntas por sí mismo, porque solo quien tiene interés por comprender un texto se formula interrogantes sobre su significado. No siempre se aportan respuestas cerradas porque el evangelio es un texto abierto y también porque el libro pretende no solo ofrecer una mejor comprensión del evangelio sino conducir al lector a dialogar con el texto de manera personal, y a encontrar sus propias respuestas.
La explicación de términos y conceptos que el autor considera oportunos desarrollar aporta luces para la mejor comprensión del texto. En especial, aquellos episodios o circunstancias que pueden resultar más difíciles de entender a un lector de hoy, como los exorcismos y otro tipo de acciones taumatúrgicas. Por otra parte, los comentarios traslucen un conocimiento profundo de los rasgos de la personalidad de Jesús y de sus manifestaciones quizás más difíciles de advertir como el sentido del humor e incluso su fina ironía.
Balaguer tiene presentes bastantes comentarios académicos del evangelio de Marcos y otros estudios, pero se limita a aportar aquello que pueda ser eficaz para contemplar a Jesús desde dentro del texto evangélico. En este sentido, se agradece la ausencia de comentarios de tipo academicista, en los que los elementos que entran en discusión no suelen aportar ni un mayor conocimiento del texto ni de Jesús, y además suelen desconcertar a lectores menos avezados.
Es mérito de Balaguer el hecho de que, a través de su comentario realizado como a cámara lenta, el lector pueda revivir la experiencia de descubrir a Jesús o de reencontrarse con Él como lo hizo Pedro. Se aconseja una lectura meditativa.