Reseña

Los jardines de Dios (libro)

CARDENAL ARTHUR RICHE, Los jardines de Dios, Palabra 2023, 125 pp.

El cardenal Arthur Roche reflexiona sobre estos jardines como imágenes de la vida espiritual. Hay 5 jardines que tienen raíces bíblicas, y a los que el autor del libro asigna un título a cada uno: el jardín del pecado, el Edén, el huerto del sufrimiento, Getsemaní, el huerto de la victoria, el Sepulcro Nuevo, el jardín del paraíso, la Jerusalén celestial y el Edén antes del pecado, el huerto cerrado del Cantar de los cantares, Santa María. A estos jardines les preceden unos capítulos previos cuyos títulos expresan bien el contenido: “Cuidar el jardín”, “Poner los cimientos”, “Edificar la casa”. Se vislumbra que el autor nos está hablando de la vida interior. Mejor dicho, de la necesidad de cultivar la vida interior como base de cualquier objetivo pastoral que quiera proponerse todo cristiano y que quiera llegar a buen puerto.

Cada persona tiene un jardín interior que cultivar. Debe de responder a la pregunta: ¿A quién pertenezco? Más y antes que la anterior, ¿quién soy? que, quién más, quién menos se hace alguna vez en la vida. El dueño del jardín es el Señor, a Él pertenece. Hemos sido llamados “a trabajar en su viña” (cf. Mt 20, 4).

También se aplica la metáfora del jardín a toda la Iglesia, a su misión pastoral. Obispos y sacerdotes son los jardineros. La Iglesia es un jardín, un “hospital de campaña” dice el Papa Francisco, que hay que cuidar, que hay que hacer fructificar a pesar de que la realidad que uno tiene por delante le podría desanimar. Pone el ejemplo de cuando san Pablo llegó a Corinto, ciudad bien alejada del ideal cristiano por sus orgías, religiones paganas, incomprensión misma de los términos del léxico cristiano: resurrección, sacrificio, ascesis… Para san Pablo no es un problema. Al revés, se crece ante los obstáculos y se pasa en Corinto varios años asentando las bases de una comunidad cristiana bien fecunda. Cultiva ese jardín con amor.

Son reflexiones que el cardenal Roche ha ido desarrollando en retiros, dirigidos principalmente a sacerdotes y seminaristas. Actualmente es el prefecto del Dicasterio para el Culto divino y la disciplina de los Sacramentos. Antes había sido el secretario de la Congregación para el culto que era el nombre anterior de ese Dicasterio. Lleva años trabajando en servicio de la Santa Sede y conoce de cerca los problemas, circunstancias y retos que conlleva la vida de los sacerdotes hoy en día. Antes fue obispo de Leeds y llevó a cabo una gran tarea pastoral unos cuantos años. Siempre, subrayando ese aspecto de la santidad como motor de la vida cristiana, tanto a nivel personal como comunitario. Fue, por ejemplo, uno de los impulsores para comenzar el proceso de beatificación del joven Pedro Ballester, que murió en olor de santidad en la vecina diócesis de Manchester, hace unos pocos años.

El libro va precedido por un Prólogo y una Presentación. El primero del cardenal Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid, donde el cardenal Roche pasó una época como seminarista en el Real Colegio de San Albano de Valladolid. La Presentación la hace el P. Paul Murray, OP, profesor de la Pontificia Università Tommaso d’Aquino, Angelicum, Roma. Los dos destacan la profundidad y belleza de este corto libro, pero de fácil lectura y de sencilla aplicación práctica, no sólo para obispos, sacerdotes y seminaristas, sino también para cualquier cristiano que quiera cultivar esos jardines del alma que encontrará a medida que vaya creciendo en su vida espiritual.