Comentario de documentos Papa Francisco

Documentos del Papa Francisco (I): Encíclicas

El Papa Francisco (2013-2025) nos ha dejado un legado considerable en sus doce años de pontificado que, al igual que otros Papas, incrementan el depósito de Magisterio y de las enseñanzas de la Iglesia. En varias entradas nos hacemos eco de sus documentos con enlaces y breves comentarios. Empezaremos hoy con sus encíclicas, considerados «documentos mayores». Escribió cuatro:

  1. Encíclica Lumen Fidei (2013)

Es la primera encíclica de Francisco, elaborada sobre un borrador que dejó escrito por Benedicto XVI, antes de su renuncia y como conclusión de un año dedicado a la fe. Reflexiona sobre la fe entendida como un don vivo y dinámico que ilumina el caminar cotidiano del cristiano.

Presenta la fe como luz en contraposición a la visión moderna que la ve como oscuridad (Introducción). Estructurada en cuatro capítulos que toman su título de textos bíblicos. En primero, titulado «Hemos creído en el amor» se analiza lugar la fe en la historia de salvación. A continuación -«Si no creéis, no comprenderéis-, el documento recuerda que fe y razón no se oponen, sino que se iluminan mutuamente. En el capítulo tercero -«Transmito lo que he recibido»– se expone como la fe se transmite en la Iglesia como comunidad. Finalmente -«Dios prepara para ellos una ciudad»– se pode de relieve que la fe es fuerza para transformar el mundo.

La encíclica tiene gran profundidad teológica, se diría incluso que es poco accesible para lectores no especializados, pero, en todo caso, muy valiosa. El texto se plantea armonizando fe y razón, muy en continuidad con el magisterio de Benedicto XVI. Presenta una visión positiva de la fe en un mundo que la marginaliza: una preocupación latente también en el magisterio del antecesor de Francisco. La encíclica, no refleja completamente el «estilo propio» de Francisco manifestado en los siguientes documentos, lo cual se comprende por la génesis del documento, pero es Francisco quien la firma, aunque advirtiendo de la participación de Benedicto.

Encíclica Laudato Si’ (2015)

Es la primera encíclica social de Francisco y la primera vez que una encíclica se dedicada al cuidado del entorno natural, aunque los Papas venían hablado del problema ecológico desde 1970, con Pablo VI.  San Juan Pablo II hizo valiosas aportaciones llamando a la responsabilidad moral de la ecología y introducido el concepto de «ecología humana». El subtítulo de la encíclica es elocuente: “Sobre el cuidado de la casa común”.

Francisco plantea una urgente llamada a una ecología integral, donde el cuidado del ambiente y de los más pobres son inseparables. Critica el consumismo desenfrenado y pide una conversión ecológica global. La encíclica vincula ecología y justicia social, mostrando que el daño ambiental golpea más a los pobres.

Su estructura se inicia con un análisis del estado del planeta: contaminación, cambio climático, pérdida de biodiversidad (Capítulo I). A continuación, presenta los fundamentos bíblicos de la ecología (Capítulo II) saliendo al paso de interpretaciones torcidas del dominio del hombre sobre la creación material: no es un dominio despótico sino una administración responsable. Después (Capítulo III), la encíclica llama a una conversión ecológica que supere la visión del paradigma tecno-económico dominante. Viene seguidamente (Capítulo IV) el innovador concepto de “ecología integral” que incluye que incluya el entorno humano y social. Amplia la idea de “ecología humana”, introducida en la doctrina social de la Iglesia por san Juan Pablo II como “hábitat” las personas puedan desarrollarse. En el Capítulo V sugiere líneas de acción: diálogo internacional, políticas públicas, economía al servicio de la vida. Por último (Capítulo VI), se propone la necesidad de desarrollar una espiritualidad ecológica y la importancia de la educación.

La encíclica, que se considera un texto clave en la doctrina social contemporánea de la Iglesia, ha sido muy elogiada incluso más allá de círculos eclesiales: científicos, ambientalistas y ONGs celebraron su enfoque integral.

Encíclica Fratelli Tutti (2020)

Es la segunda encíclica social del Papa francisco. Tiene su precedente en el Documento de Abu Dabi (2019), con un acuerdo cristiano-musulmán, sobre la fraternidad humana.

La encíclica presenta una reflexión amplia sobre la fraternidad humana y la amistad social, sugiriendo abrir los brazos a todos. Insta a superar las divisiones y a construir sociedades abiertas, solidarias y justas. Destacada su visión de una política basada en la caridad y no en la competencia destructiva.

La encíclica empieza haciendo un diagnóstico de la situación actual inmerso en conflictos, individualismo, xenofobia, calificándolo de un “mundo cerrado” (Capítulo I). En contraste, recuerda y comenta la parábola del Buen Samaritano como modelo de acción (Capítulo II). Desarrolla conceptos alrededor de la amistad social, política al servicio del bien común, y diálogo entre religiones (Capítulos III-VI). Rechaza enérgicamente la guerra y condena la pena de muerte (Capítulo VII). La encíclica concluye afirmando que las religiones no deben ser nunca de motivo de odio y violencia. Al contrario, han de estar al servicio de la fraternidad (Capítulo VIII).

Aplaudida por suponer una llamada humanista universal y por insistir en la dignidad inviolable de toda persona, y bien recibida en ambientes interreligiosos. No obstante, no faltaron críticas, por parte de sectores nacionalistas, que tacharon la encíclica de «globalista», mientras que otros, anclados en el status quo, calificaron la encíclica de «utópica» por presentar un ideal de fraternidad irrealizable.

Encíclica Dilexit Nos (2024)

La encíclica parte del amor de Dios que precede toda acción humana. Amor gratuito de Dios es fundamento de la fe cristiana (Introducción). Invita a responder con amor activo, misericordioso y fraterno, reafirmando que la fe debe ser vivida en obras concretas de caridad y servicio.

El amor es, en efecto, origen de la creación y de la historia de la salvación Capítulo I). El amor de Dios es manifestado en Cristo y en su entrega (Capítulo II). El Papa profundiza en cómo el amor es llamado y misión para la vida cristiana (Capítulo III) y en ver la caridad social como expresión del amor divino en el mundo contemporáneo (Capítulo IV).

La encíclica tiene un tono cálido y pastoral, muy accesible. Ha sido elogiada por retomar el corazón del mensaje cristiano -la primacía del amor sobre todo formalismo o legalismo- y por su aplicación práctica al servicio, al perdón y al compromiso social, aunque sin entrar en demasiadas cuestiones sociales o políticas concretas, a diferencia de la Fratelli Tutti o la Laudato Si’.

Es un documento que no aporta grandes novedades doctrinales, sino que profundiza en líneas ya conocidas, con numerosas citas de autores espirituales y de santos.