Lo acaba de anunciar el Papa Francisco al finalizar la habitual audiencia general de los miércoles. Se trata de Carlo Acutis, fallecido en 2006 con 15 años, y de Giorgio Frassati, que murió a los 24 años en 1925, ambos italianos. Fue un anuncio sorpresa, ya que no se esperaba que estos jóvenes, que ya habían sido declarados beatos, fueran canonizados tan pronto.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó más tarde que la canonización de Acutis se llevará a cabo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar del 25 al 27 de abril de 2025, y la canonización de Frassati tendrá lugar durante el Jubileo de la Juventud, del 28 de julio al 3 de agosto de 2025.
Carlo y Giorgio son dos jóvenes con trayectorias distintas, pero coinciden en tener una fe vibrante manifestada en obras. Los futuros santos son muy queridos por muchos jóvenes católicos, que admiran su entusiasta búsqueda de la santidad. Se espera que las dos canonizaciones atraigan a muchos jóvenes a la Ciudad Eterna en 2025 para el Jubileo de la Esperanza de la Iglesia Católica.
Carlo Acutis
Nacido en 1991, Acutis es el primer milenial en ser beatificado por la Iglesia Católica. Poco después de su primera comunión a la edad de 7 años, Acutis le dijo a su madre: “Estar siempre unido a Jesús: este es mi plan de vida”. Para lograrlo, Acutis trató de asistir a la misa diaria tan a menudo como pudo en la iglesia parroquial al otro lado de la calle de su escuela primaria en Milán.
Acutis llamaba a la Eucaristía “mi camino al cielo” e hizo todo lo que estuvo a su alcance para dar a conocer esta presencia. Su testimonio inspiró a sus propios padres a volver a practicar la fe católica y a su au pair hindú a convertirse y bautizarse.
Acutis era un niño experto en tecnología que amaba las computadoras, los animales y los videojuegos. Su director espiritual ha recordado que Acutis estaba convencido de que la evidencia de los milagros eucarísticos podía ser persuasiva para ayudar a la gente a darse cuenta de que Jesús está presente en cada misa.
Durante dos años y medio, Acutis trabajó con su familia para montar una exposición sobre los milagros eucarísticos que se estrenó en 2005 durante el Año de la Eucaristía proclamado por el Papa Juan Pablo II y desde entonces se ha exhibido en miles de parroquias de los cinco continentes.
Muchos de los compañeros de clase, amigos y familiares de Acutis han dado testimonio de cómo les acercó a Dios. Acutis era una persona muy abierta y no tenía reparos en hablar con sus compañeros de clase y con cualquier persona que conocía sobre las cosas que amaba: la misa, la presencia de Jesús en la Eucaristía y el cielo.
Se le recuerda por decir: “Las personas que se ponen delante del sol se broncean; las personas que se ponen delante de la Eucaristía se convierten en santos”.
Acutis murió poco después de que le diagnosticaran leucemia. Antes de morir, Acutis le dijo a su madre: “Ofrezco todo mi sufrimiento al Señor por el Papa y por la Iglesia para no ir al purgatorio sino ir directo al cielo”.
Miles de personas visitaron la tumba de Acutis en Asís tras su beatificación en la Basílica de San Francisco de Asís el 10 de octubre de 2020. Desde su beatificación, escuelas católicas desde el interior de Australia hasta Inglaterra han sido bautizadas con el nombre de Acutis, así como innumerables ministerios e iniciativas parroquiales. El Papa Francisco animó a los jóvenes a imitar a Acutis al priorizar “el gran don de la Eucaristía” en su mensaje para las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud diocesanas.
Giorgio Frassati
Nació en 1901 y vivió en la ciudad de Turín, en el norte de Italia, era un ávido montañista y miembro de la Tercera Orden Dominicana conocido por su labor caritativa.
Era hijo del fundador y director del periódico italiano La Stampa. A los 17 años, se unió a la Sociedad de San Vicente de Paúl y dedicó gran parte de su tiempo libre a cuidar de los pobres, los sin techo y los enfermos, así como de los militares desmovilizados que regresaban de la Primera Guerra Mundial.
Frassati también participó en el Apostolado de la Oración y la Acción Católica. Obtuvo permiso para recibir la Comunión diariamente, una costumbre fomentada por el Papa san Pio X (1903-1014). En aquella época, los católicos estaban acostumbrados a comulgar solo una vez al año. Muy pocos recibían la sagrada comunión semanalmente, y normalmente solo los sacerdotes la recibían a diario. San Pío X quiso corregir esta práctica de abstención. extendido la comunión frecuente.
En una fotografía de lo que sería su última escalada, Frassati escribió la frase “Verso L’Alto”, que significa “hasta las alturas”. Esta frase se ha convertido en un lema para los católicos inspirados por Frassati para luchar por la cumbre de la vida eterna con Cristo.
Frassati murió de polio el 4 de julio de 1925. Sus médicos especularon más tarde que el joven había contraído la polio mientras atendía a los enfermos.
Juan Pablo II, que beatificó a Frassati en 1990, lo llamó un “hombre de las ocho bienaventuranzas”, describiéndolo como “enteramente inmerso en el misterio de Dios y totalmente dedicado al servicio constante de su prójimo”.